martes, 19 de enero de 2010

Enfoques sobre planificación: Críticas al modelo por objetivos

Principales características de las perspectivas que históricamente han dominado la programación de la enseñanza

La planificación es una de las dimensiones de la enseñanza. Cabe destacarse que no existe un único modo de planificar, por lo tanto, es justo afirmar que la programación de la enseñanza no es una práctica neutral sino que se fundamenta tanto en principios teórico-prácticos como axiológicos. En otras palabras: cada una de estas modalidades, nos refiere a diferentes modelos didácticos.

El modelo por objetivos:
La pedagogía por objetivos, tal como señala J. Gimeno Sacristán , hunde sus raíces en el movimiento utilitarista nacido en EEUU que, paralelo al auge que la aplicación taylorista tiene en la industria, pretende incrementar cualitativa y cuantitativamente la producción.
Enmarcado así, dentro de un modelo de racionalidad técnica, este sistema requiere el seguimiento de cuatro etapas básicas: un diagnóstico previo, la elaboración de un plan, su ejecución y, finalmente, la evaluación.
Los objetivos constituyen el eje de programación didáctica, de modo tal que son los que indican el rumbo a seguir. Los objetivos son, básicamente, descripciones de los logros que se espera que los alumnos alcancen tras el proceso de aprendizaje.

Tyler y las fuentes para la selección de objetivos:
Tyler, expone una serie de pasos con el objetivo de establecer las fuentes desde las cuáles deberá partir la selección de objetivos. Este método, estructurado deberá responder preguntas respecto a:
a. Los fines que desea alcanzar la escuela
b. Una selección entre las experiencias que resulten más útiles a la hora de alcanzar dichas metas
c. Una organización eficaz de dichas experiencias y,
d. Una comprobación respecto al modo en que se alcancen las metas.

Tyler señala que a menudo se utilizan términos inexactos para definir objetivos. Ejemplifica mencionando, entre otros: “pensamiento crítico”, “actitudes sociales” o “sensibilidad”. Dice: “es posible definir un objetivo con precisión si se tiene capacidad para describir o ilustrar el tipo de conducta que se espera que adquiera el estudiante, de manera tal que se pueda reconocer la conducta cuando se presente”. Tyler, Op. Cit.
Se agrega, además, que los objetivos resultan útiles, en tanto y en cuanto no son formulados, entre otras cosas, como actividades del profesor o como generalizaciones. Un objetivo adecuadamente formulado debe expresar de modo conciso el tipo de conducta que pretende propiciar en el educando y el aspecto de su vida en el cual se aplicará dicha conducta. Otros autores profundizarían aún más esta línea.

Bloom y las taxonomías de objetivos:
Una taxonomía de objetivos es una clasificación jerárquica de resultados educativos. Esta fue concebida como un método que permitiera intercambiar ideas y materiales entre quienes investigan temas educativos. De este modo, el uso de las taxonomías es, para quienes la idearon una ayuda para definir los objetivos del modo más preciso posible, evitando ambigüedades y colaborando con las escuelas cuando éstas precisaran discernir comparativamente las metas de sus diferentes programas educacionales.
La taxonomía de Bloom discrimina entre los dominios afectivos y el cognoscitivo. Mientras que el primero abarca objetivos que van desde la atención hasta otros más subjetivos que involucran valores o complejos de valores, lo cognoscitivo, describe estrictamente habilidades intelectuales que refieren a la capacidad comprender la información y procesarla.

Los objetivos operacionales:
Avanzando en la precisión en la formulación de objetivos, Mager desarrolló un esquema centrado en la elaboración operativa de objetivos didácticos. Este enfoque, claramente tecnicista, establece que un objetivo es más comunicativo cuando describe con mayor exactitud la conducta observable que el alumno debe manifestar. En otras palabras, un objetivo definido en términos operativos, deberá responder a las siguientes características:

a. Debe describir las acciones que se estima que el alumno deberá ser capaz de realizar.
b. Debe considerar la descripción de las condiciones (si las hubieran) bajo las cuales el alumno realizará la acción.
c. Debe establecer un parámetro que determine el grado de perfección aceptable (si esto es posible).

Críticas al modelo por objetivos:

A fin de sintetizar las críticas al modelo descrito, me centralizaré en las observaciones realizadas por Gimeno Sacristán.
El autor observa que el modelo tecnológico exhibe una neutralidad pretendida ya que considera que declara posicionarse como una visión ajena a los problemas de valoración, sirviendo a una educación eficaz. De este modo, concibe el desarrollo del currículo como una gestión que tiene por objeto la eficiencia, asumiendo el carácter de instrumento e ignorando el modelo para el cual está sirviendo.
El modelo tiene, de por sí características que favorecen la supervisión y una reducción de los márgenes de improvisación (léase, iniciativa personal), lo cual, establece bases para el control y el autoritarismo disimulado bajo formas socialmente aceptadas que forman parte del proceso de desarrollo curricular.

Finalmente, Gimeno Sacristán, sintetiza algunas de las implicancias éticas e ideológicas que surgen a partir de la aplicación del modelo por objetivos:
a. Adaptación: Se resaltan más las posibilidades adaptativas que las creadoras (modelo de hombre implícito).
b. Pasividad: Propicia la homogeneidad y el sometimiento en vez de promover la individualidad y las capacidades diferenciadoras.
c. Aprender es asimilar: Descuida el valor más profundo del aprendizaje (aunque intenta presentarse como una pedagogía superadora del planteo tradicional).
d. Descuida aspectos importantes del aprendizaje, aún cuando pretende ser un enfoque psicológico centrado en éste. Stenhouse puntualiza, en este sentido que el modelo sobreestima nuestra capacidad de comprender el problema educativo y reemplazando las hipótesis, se cae en la simplificación de creer que es posible predecir los resultados.
e. Contenidos: Se imparten al margen de la experiencia personal y social.
f. Adaptación desigual a los diferentes campos del saber: Es más útil para las disciplinas científicas, de acuerdo a las demandas de una sociedad tecnificada. Respecto a este punto, señala Eisner que muchas conductas son impredecibles, especialmente en las disciplinas artísticas.
g. Adaptación Social: La sociedad es algo dado, lo que implica su aceptación en el estado actual.
h. Enfatiza las jerarquías y la centralización del sistema escolar.
i. Modelo empresarial: Utilitarismo, asimilación, adquisición de destrezas, eficientismo llevan a enfocar problemas educativos desde una visión empresarial.


Bibliografía:

Gimeno Sacristán J, “El culto a la eficiencia y pedagogía por objetivos: nacimiento de un estilo pedagógico” en “La pedagogía por objetivos: obsesión por la eficiencia”, “El afianzamiento de la pedagogía por objetivos”, Morata, Madrid, 1985
Tyler, “¿Qué fines desea alcanzar la escuela?” en “Principios Básicos del currículo” Troquel, Buenos Aires, 1973
Bloom y cols, “Apéndice: versión dondensada de la taxonomía de los objetivos de la Educación. La clasificación, las metas educacionales.”, El Ateneo, Buenos Aires, 7ma. Edición, 1979
Gimeno Sacristán J, “El culto a la eficiencia y pedagogía por objetivos: nacimiento de un estilo pedagógico” en “La pedagogía por objetivos: obsesión por la eficiencia”, “La pretendida neutralidad del enfoque tecnológico”, Morata, Madrid, 1985
Stenhouse, “Un concepto de diseño curricular”, en: “La investigación como base de la enseñanza”, Morata, Madrid, 1987
Eisner E, “Los objetivos Educativos: ayuda o estorbo? En: Gimeno Sacristán y Pérez Gómez, “La enseñanza: su teoría y su práctica”, Akal, Madrid, 1985.


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