martes, 6 de octubre de 2009

Algunas ideas sobre la lectura


Desde la conformación de nuestro sistema educativo se fijó, sin dejar lugar a dudas que la escuela tiene la función de enseñar a leer y escribir. Por supuesto que ambos procesos, independientes pero al mismo tiempo relacionado entre sí, no se reducen hoy al dominio de una técnica de lecto-escritura.
Como se sabe, si se intentan organizar los contenidos del área de Lengua no se puede dejar de pensar en las cuatro categorías de análisis que intervienen en ella y que deben ser trabajadas en la escuela:

- Lectura
- Escritura
- Oralidad
- Escucha

Como se señala en los Documentos Curriculares del Provincia de Buenos Aires, éstos cuatro aspectos, “junto a los discursos no ficcionales, ficcionales y mediáticos, son a la vez ejes organizadores y contenidos a desarrollar en situaciones didácticas acordes al enfoque” (Documento Curricular B1: 85).
Centrándonos estrictamente en el tema de la lectura, al leer los CBC se deja en claro que el objetivo fundamental es el de formar lectores “inteligentes, voluntarios, habituados a leer, críticos y autónomos, que experimenten el placer de leer e incorporen la lectura a sus actividades cotidianas” (CBC: 31). Emilia Ferreiro (1990) dijo al respecto: “No creo que se pueda plantear el proceso de construcción de alguien como lector son pensar al mismo tiempo en ese alguien como productor de textos, de la misma manera que os resulta absurdo pensar en el proceso de adquisición de la lengua oral como desarrollo del hablante, sin considerar que ese hablante se desarrolla también como escucha de una determinada lengua. Así como el hablante de una lengua no se construye sólo escuchando, sino produciendo habla, probando cómo decir al producir, el lector no se construye sólo leyendo o escuchando leer. Los intentos de producción de textos – lo que llamamos escribir en sentido pleno – son también parte de la formación del lector”.

Teniendo en cuenta éstas consideraciones pero aceptando que tan sólo se va a separar a la lectura de los otros ejes tan sólo para su estudio en este artículo, lo primero que es necesario destacar – aunque tal vez constituya una redundancia – que no se trata de una tarea sencilla trabajar con la lectura de textos pues frente a la rapidez que le ofrecen a los lectores los mensajes provenientes de los medios virtuales, la lectura de los textos – en el formato papel, el más tradicional, requiere de otro esfuerzo, posiblemente más aburrido para ellos.

Si nuestro propósito es que los alumnos se transformen en lectores autónomos y críticos capaces de disfrutar de la lectura y de satisfacer necesidades de conocimiento a través de la misma, utilizando la variedad de textos en circulación social, conformando su propio gusto lector, la escuela necesita dar oportunidades para:

1. Participar como usuario en situaciones de lectura donde se acceda a todo tipo de material escrito, leyendo y escuchando leer según propósitos establecidos:
a. leer para resolver problemas prácticos;
b. leer para informarse sobre un tema de interés;
c. leer para ampliar el conocimiento que se tiene sobre un tema;
d. leer para hallar respuestas a interrogantes específicos;
e. leer por placer;
f. leer para comunicar un texto a un auditorio;
g. leer para resolver problemas como escritor;
h. leer para expandir o resumir un texto.
2. Leer, escuchar leer e interpretar distintos tipos de textos completos en diversos contextos comunicativos. Anticipar e inferir interpretaciones posibles. Reconocer diversas interpretaciones para un mismo texto; controlar las propias a través del intercambio de significados con pares y docentes y volviendo a la información que provee el texto.
3. Comentar y recomendar textos variados leídos por sí mismos o por otros, expresando sus preferencias como lector y reflexionando sobre los criterios de selección utilizados. Escuchar la lectura de textos variados y completos de buenos lectores adultos. Escuchar grabaciones realizadas por narradores, poetas o recitadores.
4. Usar con autonomía creciente las bibliotecas escolares y públicas como un ámbito donde satisfacer necesidades concretas de conocimientos acerca del mundo. Participar activamente en la formación y en el uso instrumental de la biblioteca (fichaje, préstamo), desarrollando criterios de selección.

Bibliografía:
Castedo, M.; Molinari, M. C.; Tarrío, M. (1996), La función alfabetizadora de la escuela, hoy, Dirección de Educación Primaria de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, La Plata.
Dirección General de Cultura y Educación, “Documento curricular B1 – Lengua” en: Documentos curriculares, Buenos Aires.
Ferreiro, Emilia (1990), “La formación del lector”, Texto presentado a la Feria Internacional del Libro, Guadalajara.
Ministerio de Cultura y Educación de la Nación – Consejo Federal de Cultura y Educación (1995) Contenidos Básicos Comunes para la Educación General Básica, República Argentina.
Lic. Marcelo Bianchi Bustos
Universidad Argentina J. F. Kennedy - Universidad de Palermo



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