domingo, 4 de octubre de 2009

Disciplina y Convivencia Escolar

REACCIONES FRENTE A LOS PROBLEMAS DISCIPLINARIOS Y DE CONVIVENCIA

¿Cómo reaccionamos cuando los conflictos son vividos como peligrosos y violentos?
Primera decisión: ¿abstenerse a intervenir?
La no intervención ocasional puede deberse a todo tipo de motivos:
1. La mejor figura es aquella en la que decidimos no intervenir porque confiamos en la capacidad del grupo de autorregularse.
2. Otra figura posible es la del que no interviene porque se niega a ver, o se pliega con una suerte de conformismo a sufrir los avatares cotidianos.
3. También están aquellos que adoptan este criterio como posición sistemática para trabajar con los grupos.

Debarbieux creó un “inventario” de reacciones:
a- Reacciones “simplemente hacia fuera”: conjunto de reacciones, generalmente sin efectos duraderos, para las que es posible pensar estrategias preventivas:
- “¡A la puerta!, ¡al patio!”.
- “Si no quieres estar aquí puedes salir, si te quedas deberás aceptar las normas”.

b- Hacia fuera, recurriendo a la autoridad: conjunto de reacciones que suponen que la solución vendrá desde el exterior. Sus efectos no siempre son previsibles ni deseables.
Se pueden evitar, con estrategias de mediación:
- “Tendrás que hablar con el director”.
- “Tendrán que venir tus padres” (desplazamiento de la responsabilidad).

c- Hacia fuera, buscando que alguien se haga cargo:
- “Tendrás que ir al gabinete”.
Todas estas reacciones por lo general no hacen sino postergar el problema.


ANÁLISIS DE ARTÍCULOS PERIODÍSTICOS:


1- METEGOL, BALERO Y RAYUELA, ALIADOS PARA ALEJAR LA VIOLENCIA DE LOS RECREOS.

Para evitar que los recreos sigan convirtiéndose en frecuentes dolores de cabeza, los docentes de dos escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires idearon las juegotecas.
Se trata de reciclar objetos, traer juguetes de sus casas y realizar colectas para comprar otros juegos más tranquilos. El propósito fue contrarrestar la violencia que se vivía en los ratos libres.
En una de las escuelas la profesora organizó y capacitó a los alumnos más grandes para ser gestores de este espacio. Luego entre todos armaron la juegoteca. La supervisión del proyecto corre por cuenta de los profesores.
Este proyecto ayudo a:
- Acrecentar las reglas de un juego, valioso para desempeñarse socialmente en cualquier ámbito.
- Fortalecer la didáctica.
- Estimular la imaginación.
- Aprender a compartir.
- Disminuir la discriminación.
Este tipo de recreación ayuda a los chicos a poder ingresar a la clase más tranquilos y a concentrarse de una mejor manera en la misma.


2- LOS EFECTOS DE LAS SANCIONES

“Ve al rincón a pensar”

Esta frase es una de las primeras sanciones escolares que un niño escucha. Ir a pensar al rincón por sí solo no resuelve nada con respecto a que la sanción resulte operativa. El pensar en la situación de la sanción no aporta mucho si uno no introduce que en general los niños allí no piensan.

La importancia de la intervención docente
Es sobre el docente que recae la función de sostener una legalidad que atraviesa varios campos, no sólo el escolar. Este aspecto implica sostener un campo posible donde un niño pueda desplegar sus acciones y sus pensamientos, proscribiendo otros. El niño no sabe de las coordenadas que definen ese espacio. No puede pensar el solo sobre lo infringido, pues es un espacio que se está constituyendo. Constitución que hace a un primer momento, el segundo es de construcción.

Pactos y convenios
Se trata de convenios, pactos o contratos que los docentes u otros profesionales suelen establecer con los niños. Consiste en redactar algo que describe, limita y proscribe una conducta que el niño ha realizado. Es firmada por el adulto y el niño con la promesa de ser cumplido por el último.
La intervención desde este lugar es como comprar un arma para sentirse seguro. En lo cotidiano no ofrece mayor seguridad.
Todo niño sabe, “sin saberlo”, que hay cosas que se pueden hacer y otras que no.
La legalidad que regula las relaciones sociales ya esta presente como a priori en toda situación social. Siendo esto así, ¿qué se escribe en un convenio? Posiblemente nada y muchas cosas. Nada, pues no es el papel el soporte deseable de lo que allí se insisten en escribir. Este es un convenio entre dos personas que acuerdan respetar lo que desde siempre ha estado acordado. En si mismo ya es una transgresión.


3- AUTORIDAD, PODER Y LEGITIMACIÓN. ¿QUIÉN “MANDA AQUÍ?

“Una diputada nacional es entrevistada para solicitarle su opinión acerca de la posibilidad de decretar asueto en todas las escuelas el día en el cual la Argentina disputará un partido en el Campeonato Mundial de Fútbol, en horario coincidente con el de las clases regulares. La funcionaria duda, vacila, declara que no tiene opinión formada acerca del tema, y finalmente, expresa que para tomar esa decisión habría que consultar a los alumnos”.

“Martín, 4 años, búlgaro, recién llegado a Buenos Aires. Sus padres son diplomáticos de carrera, jóvenes, y han sido destinados a la Argentina luego de desempeñarse en Francia. En el jardín de infantes de gestión pública en el cual ingresó, Martín ya se ha convertido en líder grupal querido y temida la vez, a causa de su desenvoltura y su rica imaginación. Martín dialoga y debate permanentemente con los “monstruos marinos” contra los cuales, más de una vez, lucha y desenvaina su espada ante el estupor de sus compañeritos y el temor de la propia maestra.
La docente interviene para tratar de encontrarle a esta situación un sentido que le permita manejarla. Por ello, cita a los padres y les explica que Martín presenta esa conducta porque, seguramente, lo ha influenciado mucho el hecho de que su familia haya vivido la guerra. Los padres de Martín, atónitos, todavía se interrogan acerca de porque la docente no les preguntó a ellos acerca de los posibles motivos de la conducta de su hijo. Y, más atónitos aún, recuerdan que ellos no habían nacido cuando finalizó la segunda guerra mundial.”


Consideramos que estos dos ejemplos son suficientes para iniciar el análisis de la autoridad, el poder, su ejercicio y sus formas de legitimación social.
1º Caso. ¿Qué pensamos de una funcionaria que remite la decisión a la opinión de los alumnos?
2º Caso. ¿Qué reflexiones suscita la actitud de esta docente? ¿Cuál es la relación que se puede establecer entre estos ejemplos?
El advenimiento de la actual sociedad globalizada ha constituido un nuevo tipo de sujeto. Se ha planteado también la relación adulto/niño y adulto/joven.

Autoridad poder y legitimación
Una consideración teórica básica sobre el tema de la autoridad remite a su relación estrecha con la noción de poder.
Autoridad es definida “como una relación de poder establecido e institucionalizado, en la que los súbditos prestan obediencia incondicional”. Esta se opone a la relación de poder basada en la persuasión.
Todas las relaciones de poder más persistentes y más importantes son relaciones de autoridad: el poder de los padres sobre los hijos en la familia; el del maestro sobre los alumnos en la escuela; etcétera.
Una segunda definición de autoridad expresa que no todo poder estabilizado es autoridad, sino sólo aquel poder estabilizado en el que la disposición a la obediencia de manera incondicional se funda en la creencia en la legitimidad del poder.
Se caracteriza al poder como una forma de relación de intercambio entre personas, entre grupos o instituciones, en la cual los términos del intercambio favorecen más a una de las partes involucradas que a la otra.
La negociación entre las partes es el campo y el conjunto de acciones por las cuales la situación se dirime y se resuelve.

Volviendo a lo que se ve, volviendo a lo que se escucha...
Ruglu investigó las causas por las cuales los docentes suelen ceder a la disminución de su autoridad, asumiendo posturas que van desde el “amiguismo” hasta el autoritarismo con respecto a sus alumnos.
Ruglu señala que es habitual observar que los docentes, ante la crisis de autoridad que experimentan, suelen asumir hacia los alumnos actitudes de amiguismo que dificultan el sostenimiento de la asimetría en la relación y la postura de límites, o bien, cuando se alejan excesivamente, imponen normas y pautas tan severas que rigidizan la comunicación con el alumno.
Lo cierto es que respuestas como la de aquella legisladora seguramente provocan desconcierto y malestar entre los ciudadanos. Y que actitudes como la de la maestra son indicios a través de los cuales podemos realizar un seguimiento acerca del malestar que hoy reina en las escuelas.
La autoridad, el poder, su ejercicio y su legitimación constituyen uno de los temas que provocan este malestar.
Toda vez que hablamos de autoridad y poder y de la legitimación de su ejercicio nos referimos a una tensión entre los actores, a un espacio político y a un determinado régimen de verdad que requiere sujetos-ciudadanos asimétricos en el obrar respecto de sus deberes y de sus derechos. Esta manera de concebir estos conceptos requiere del consenso entre los actores para ser realmente efectiva.
Ciudadanía, democracia y sujeto son conceptos que se implican mutuamente. ¿Acaso podemos pensar al ciudadano sin sujetos que lo encarnen? La constitución misma del sujeto sería impensable sin otro humano.
En el contexto escolar, en el ámbito pedagógico, para los docentes, el otro es fundamentalmente el alumno. Este último necesita que el otro (el docente) también provea los cuidados y la protección básicos que hacen posible el aprendizaje y facilitan el desarrollo emocional. Esto incluye la idoneidad y la madurez por parte del maestro para diferenciarse asimétricamente del alumno, ejercer su autoridad y legitimarla en acciones y discursos.

A modo de conclusión: un cierre que es una apertura
El maestro siempre está allí para enseñar.
En tal sentido, iniciar y abrir la reflexión y el abordaje teórico crítico sobre el tema de la autoridad y el poder y las posibilidades de ejercer ambos de manera legítima y consensuada, puede resultar enriquecedor para las prácticas pedagógicas y contribuir a superar el malestar escolar, al menos en este aspecto.


4- EL NIÑO NO SE INTEGRA AL GRUPO

Es te niño suele ser motivo de preocupación para un docente observador y atento al comportamiento de sus alumnos no sólo en lo que hace al aprendizaje de los contenidos curriculares.
Generalmente son citados los padres para que estén informados acerca del problema y, a veces, se sugiere una consulta con un médico, un psicólogo u otro profesional.
Esta preocupación lleva implícito un criterio: integrarse al grupo está bien, es lo adecuado; no integrarse no está bien.
A grandes rasgos, podría compartirse el mencionado criterio en tanto el hombre es un ser social; su vida se desarrolla en sociedad.
En este caso, el grupo es el equivalente de esa sociedad. La integración al grupo escolar irá modelando la posibilidad de futuras integraciones sociales.
La noción de socialización está presente en este criterio y el objetivo de socializar forma parte de los objetivos de la educación. La integración al grupo escolar forma parte del proceso de socialización en tanto supone la incorporación y puesta en juego de normas en términos prácticos.
Pero, ¿cómo es el grupo al cual se plantea que los alumnos deberían integrarse?; ¿cuáles son sus pautas de funcionamiento, sus normas de hecho, las condiciones que imponen sus miembros para formar parte, la posibilidad que tienen de integrar personas que puedan tener características un tanto diferentes?. Nos encontramos aquí con una diferencia esencial: no es lo mismo integración que masificación.
La cohesión es una condición fundamental en la constitución de un grupo. Pero suele ocurrir que los grupos exigen una igualación en las características de sus miembros, una homogeneización de conductas que los hace más parecidos a grupos que tienden a la masificación que a la integración.
La integración es un proceso por el cual un individuo se incorpora a la situación con su propia manera de ser, con sus particularidades, sin tener que renunciar a lo sustancial de su personalidad. La integración supone la incorporación de lo diferente, sobre una base compartida esencial para lograr objetivos comunes.
La masificación supone la anulación de las diferencias y la exclusión de toda diferencia que no se pueda anular.
Nuestra sociedad tiende en su funcionamiento a resistirse a aceptar lo que no se ajusta al rendimiento esperado. Y lo esperado suele estar constituido por un estrecho margen de opciones.
Los grupos pequeños, incluidos los escolares reproducen esta pauta. Se superponen cuatro problemas:
• Un funcionamiento que segrega lo que no puede igualar es empobrecedor en sí mismo.
• La rigidez y escasez de condiciones que deben poseerse para la pertenencia al grupo. El que no las posee no pertenece al grupo.
• Cualquier otra característica personal claramente manifiesta por fuera de las exigidas, es motivo de exclusión. Las posibilidades de exclusión son muchas en tanto las condiciones de pertenencia son escasas y absolutas.
• La necesidad de investigar si las condiciones exigidas para la pertenencia al grupo son saludables o constituyen en sí mismas condiciones insalubres.

Una observación atenta puede permitir diferenciar cuando se está en presencia de una persona con dificultades de integración o de un grupo con dificultades para integrar. El camino a seguir en cada caso será distinto.
Algunas premisas para distinguir a los grupos que dificultan la integración:
• Reconocen un líder con tendencia autoritaria a quienes los miembros del grupo obedecen.
• Este líder suele rodearse de una o más personas de su confianza que le son leales.
• Son grupos que siguen criterios fijos y habitualmente de circulación social para definir situaciones.
• Suponen enemigos exteriores al grupo.
• Amenazan a sus miembros con la exclusión u otro tipo de castigo si no cumplen requisitos prefijados aunque no siempre claros.

Cambio y crecimiento
No se trata de pensar como víctima al niño excluido ni como victimarios al grupo y sus componentes.
Entre los integrantes del grupo habrá niños sumisos, asustados de quedar excluidos de lo que consideran un grupo fuerte, temerosos de ser objeto de hostilidad y burla y por ello se incorporan como sea. Entre los líderes podremos reconocer dos características fundamentales: niños que se sienten rechazados o excluidos en otros ambientes importantes y recurren a un mecanismo no consciente de transformar de transformar en activo lo pasivo (hacerles a otras personas que creen más débiles lo que sienten que a ellos les hacen otras personas); o bien niños muy presionados a ser los mejores. Estos niños merecen cuidado y atención.
Un alumno acerca del cual, desde una primera observación, se dice que “no se integra al grupo”, puede resultar un indicador de un problema en el funcionamiento grupal y dar lugar a un trabajo que tenga por objeto al grupo en su conjunto. El proceso de integración consiste en tener la capacidad de ir produciendo en lo cotidiano formas móviles, dinámicas y abiertas de intercambios, de reformulaciones y de adecuaciones recíprocas.



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